Recomiendo la lectura del siguiente artículo del año 1989:
John F. McCarthy, The failure of Darwinism and its fuller implications.
Se trata de una interesante reseña del siguiente libro:
Michael Denton, Evolution: A Theory in Crisis (Adler and Adler: Bethesda, Maryland, 3rd ed. 1986).
Michael Denton, científico no creyente, sostiene en esa obra, con fuertes argumentos científicos, que el darwinismo es una teoría en crisis, a pesar de lo cual él personalmente se aferra a esa teoría. Denton es un darwinista que reconoce honestamente las enormes e insuperables dificultades intelectuales que enfrenta el darwinismo. Su tesis concuerda en líneas generales con las de otros grandes científicos no creyentes como Gould, Crick, Hoyle, etc. Como se recuerda en el artículo citado, Gould llegó a decir que el darwinismo es una teoría muerta y que la ausencia de formas transicionales en el registro fósil es el secreto profesional de la paleontología.
“La tesis central de este libro es que la teoría de la evolución de Darwin no ha sido validada por ningún descubrimiento empírico o avance científico desde su publicación en 1859. Denton logra refutar la evolución darwinista con base en los hechos empíricos tal como son conocidos por los científicos de la naturaleza hoy; sin embargo, por razones emocionales, él no puede abandonar enteramente la teoría. Debido al elemento irracional de esta adhesión, algunos de los juicios históricos que él expresa no tienen fundamento y son contradictorios” (John F. McCarthy).
En definitiva la posición de Denton es incoherente. Él afirma con sólidos fundamentos que el darwinismo es “una afrenta a la razón”, pero mantiene su adhesión al darwinismo para no tener que aceptar la creación de la vida por parte de Dios. El rechazo de la hipótesis de una evolución biológica puramente aleatoria, sin diseño inteligente alguno, debería conducir al reconocimiento de que la evolución supone un diseño inteligente. Denton ataca al darwinismo con argumentos razonables, pero sigue aceptándolo por motivos no razonables. Él afirma que el darwinismo sigue siendo un dogma de la cultura moderna porque satisface una “honda necesidad psicólogica de una explicación completa del origen del mundo”, en una línea naturalista y materialista.
El “dogma darwinista” y los dogmas cristianos no están al mismo nivel. El darwinismo es un dogma falso, sin fundamentos válidos. Los dogmas cristianos tienen fundamentos racionales fidedignos y se basan nada menos que en la Divina Revelación. Las razones que sostienen la credibilidad de la fe cristiana son convincentes. El dogma cristiano no proviene del hombre, sino de Dios. Aceptar la verdad del dogma equivale a aceptar que Dios es Dios, que Su Palabra es la Verdad y la Luz.
No se puede objetar a los cristianos que acepten sólo algunas de las posturas de Denton y rechacen otras. Es obvio que del hecho de que Denton sostenga las proposiciones A y B y que la proposición A sea verdadera, no se deduce lógicamente que también la proposición B es verdadera. San Pablo exhorta a los cristianos a examinarlo todo y quedarse sólo con lo bueno. Aceptar las ideas válidas de un autor y rechazar las otras no es ni absurdo ni hipócrita, sino sólo una señal de discernimiento.
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