“Debemos siempre tener, para en todo acertar, que lo blanco que yo veo creer que es negro, si la Iglesia jerárquica así lo determina (*); creyendo que entre Cristo nuestro Señor, esposo, y la Iglesia, su esposa, es el mismo Espíritu que nos gobierna y rige para la salud de nuestras ánimas, porque por el mismo Espíritu y Señor nuestro que dio los diez mandamientos es regida y gobernada nuestra santa madre Iglesia.”
*) (…) Nótese que Ignacio no dice que debamos creer que es negro lo que es blanco, sino “lo blanco que yo veo”… No se trata, pues, de negar la evidencia natural o moral, sino de no absolutizar la realidad tal como es aprehendida por el hombre falible. Ignacio demuestra su adhesión al magisterio de la Iglesia, regida y gobernada por el Espíritu Santo.
(Ignacio de Loyola, Ejercicios Espirituales, Introducción, texto, notas y vocabulario por Cándido de Dalmases, S.I., 2ª edición, Editorial Sal Terrae, Santander, 1990, p. 183).
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