lunes, diciembre 07, 2009

¡Feliz Navidad!


Daniel Iglesias Grèzes

Hace más de dos mil años el Hijo de Dios bajó del cielo por nuestra salvación y nos reveló la verdad acerca de Dios y acerca del hombre.

1. La verdad acerca de Dios

Jesús de Nazaret es la imagen visible de Dios invisible, el sacramento del amor del Padre. Nadie conoce al Padre sino aquel a quien el Hijo se lo ha revelado. Jesús nos enseñó a dirigirnos a Dios llamándolo “Padre” y nos reveló que nuestro Padre Dios es rico en misericordia, nos ama de un modo infinito y entrañable y quiere la salvación de todos. En la vida de Jesús, en sus palabras y obras, en su muerte y resurrección, se manifestó insuperablemente la esencia íntima de Dios, que es amor, entrega, auto-donación, auto-comunicación. Conociendo a Jesús llegamos a conocer el misterio de Dios. En Jesucristo Dios se revela como Padre, Hijo y Espíritu Santo: un solo Dios, uno en substancia y trino en personas.

2. La verdad acerca del hombre

Jesús no sólo es verdadero Dios, sino también verdadero hombre, en cuerpo y alma. Más aún, Él es el hombre perfecto, el nuevo Adán, el primogénito de la nueva creación. Él nos reveló que fuimos creados para vivir eternamente en comunión de amor con la Santísima Trinidad. Al morir en la cruz, Cristo nos reconcilió con Dios, y al resucitar nos dio nueva vida, la vida de la gracia o amor gratuito de Dios. Tenemos que conservar y desarrollar esa nueva vida siguiendo a Jesucristo, cumpliendo la Ley de Cristo: el amor a Dios y al prójimo, con todas sus consecuencias. La misión que Jesús nos encomendó no es individual, sino comunitaria; por eso Él fundó la Iglesia, la asamblea de sus discípulos, a la que entregó su Espíritu y dio los sacramentos, signos eficaces de su gracia. Por medio de la Iglesia crece en la tierra el Reino de Cristo, hasta que, después del final de los tiempos, Dios sea todo en todos.

Que en esta Navidad contemplemos con gozo estos santos misterios que Dios nos reveló para nuestra salvación y que la alegría de sabernos amados por Dios como hijos nos lleve a convertirnos cada vez más en verdaderos discípulos de Jesús.

Deseo a todos los lectores una muy feliz Navidad.

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