A menudo se cuestiona la doctrina católica sobre la indisolubilidad del matrimonio apelando a un conocido pasaje evangélico (Mateo 19,9). Por lo general dicho cuestionamiento está basado en una mala traducción de ese versículo: "El que despide a su mujer y se casa con otra, salvo en caso de adulterio..." Según la Biblia de Jerusalén (BJ), una edición católica de la Biblia reconocida por sus muy buenas traducciones y sus excelentes comentarios, Mateo 19,9 dice lo siguiente: "Ahora bien, os digo que quien repudie a su mujer -no por fornicación- y se case con otra, comete adulterio". El texto original griego utiliza dos palabras diferentes, que se pueden traducir como "fornicación" y "adulterio".
El error de traducción conduce a un error de interpretación: la expresión "no por fornicación" no constituye una excepción a la regla de la indisolubilidad matrimonial. Cito el comentario de la BJ al versículo en cuestión:
"Dada la forma absoluta de los paralelos (Marcos 10,11s; Lucas 16,18 y 1 Corintios 7,10s) es poco verosímil que los tres hayan suprimido una cláusula restrictiva de Jesús y más probable, en cambio, que uno de los últimos redactores del primer evangelio la haya añadido para responder a una determinada problemática rabínica (discusión entre Hillel y Sammai sobre los motivos que legitiman el divorcio), por lo demás evocada por el contexto (v. 3), que podía preocupar al medio judeocristiano para el que escribía. Tendríamos, pues, aquí una decisión eclesiástica de alcance local y temporal, como lo fue la del decreto de Jerusalén concerniente a la región de Antioquía (Hechos 15,23-29). El sentido de "porneia" orienta la investigación en la misma dirección. Algunos quieren ver en este término la fornicación en el matrimonio, es decir, el adulterio, y encuentran aquí la dispensa para divorciarse en tal caso; así las Iglesias ortodoxas y protestantes. Pero en este sentido se habría esperado otro término, "moijeia". En cambio, "porneia", en el contexto, parece tener el sentido técnico de la "zenût" o "prostitución" de los escritos rabínicos, dicha de toda unión convertida en incestuosa por un grado de parentesco prohibido según la Ley (Levítico 18). Uniones de éstas, contraídas legalmente entre paganos o toleradas por los mismos judíos entre los prosélitos, debieron causar dificultades, cuando estas personas se convertían, en medios judeocristianos legalistas como el de Mateo: de ahí la consigna de disolver semejantes uniones irregulares, que en definitiva no eran sino matrimonios nulos."
lunes, octubre 24, 2005
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2 comentarios:
¡Muy interesante! Siempre me pregunté por ese pasaje.
Estimado Juan Ignacio:
Recomiendo recurrir a buenos comentarios para comprender mejor la Biblia.
¡Feliz Navidad!
DI
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